Grecia, que gran país, que gran nación, que gran estado, que gran república. Grecia, es decir Grecia y verte allí entre sus pórticos dóricos con fustes acanalados blanquecinos que resaltan con los primeros despuntes del sol que asoma por sus montes balcánicos. Es decir Grecia e imaginar esas callejuelas de ladrillos con carros de caballos pasando, es decir Grecia y trasladarte al Ágora y discutir con todos sus sabios atenienses. Es decir Grecia y verte vestido con indumentaria de guerra, ser un espartano más en las llanuras "gaias". Grecia fue el artesano que hizo la cuna de occidente. Esto lo conocemos gracias a los escritos que nos dejaron nuestros antepasados Herodoto (inclino la cabeza), Jenofonte, Tucídides, Posidonio, Polibio, Teopompo y Zósimo que explicaron la historia política de Grecia (Pericles, Solón, Licurgo...) y también su historia militar (Cleón, Nicias, Alcibíades...). En Grecia se unía la sabiduría con la fuerza, Atenas con Esparta (si bien eran, la mayoría de las veces, enemigas). Podemos decir que Grecia, daba miedo.
España, que gran país, que gran nación, que gran estado, y menuda monarquía. España, es decir España y sacar tu aire hispano, tu aire latino. Es decir España y verte cabalgar con el Quixote por esos vastos campos manchegos con grandes titanes con cuatro brazos y vivir odiseas al luchar contra ellos. España, donde el Sol no se ponía y donde ahora la luna busca iluminarla, parece que se deshace, que se nos va. Es recordarla y, tanto los repipis de la Sorbona y los tiquismiquis de Oxford se estremecen. Los repipis y los tiquismiquis tuvieron que firmar pactos de "no intervención" por miedo a que su fatídica Guerra Civil pudiese desencadenar en una Guerra Mundial (siempre tan solidarios y tan generosos los padres de la democracia). Pero pasada la Guerra, aun temían a España, incluso Francia (por una alineación de 100 constelaciones debió ser) se acercó a la España dictatorial para llegar a un mutuo acuerdo de amistad. Pero temían a España, España tenía previstos 8.700.000.000 millones de pesetas para realizar pruebas nucleares en el Sahara (siguiendo el modelo de Francia y sus pruebas en Argelia). La CIA se alarmó, el miedo cruzó unos cuantos peces hasta llegar a EE.UU, pero Francia nos quiso ayudar a la construcción de submarinos nucleares. Incluso cuando no quisimos firmar el famoso TNPAN (Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares), incluso después en una reunión de la OTAN salió a la luz el tema de que algún país que no fuese Reino Unido o Francia tuviese bomba nuclear, y todas las miradas se sabía a dónde iban dirigidas (a la perla del agua). El proyecto quedó olvidado, tan olvidado que nadie sabe de su existencia, pero, España daba miedo.
Actualmente hablamos de Grecia como un país en ruinas (no solo por el Partenón) y de España como una potencia de las que han repetido en el colegio (es decir, de última fila). Pero no, seguimos dando miedo ya que, por mucho que los Hamburgueses y Hamburguesas se aúnen con los Lyoneses y Lionesas para salir de la crisis, Grecia y España se comerán la economía europea.
jueves, 29 de abril de 2010
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