sábado, 3 de abril de 2010

Zaporozhia

El vasto lago está encadenado, detenido en su curso el río. En su caída de las elevadas rocas cuelga cuajada y muda la cascada. En la seca arboleda no se oye ni un sonido; los campos están cubiertos, los valles llenos de una enorme capa de nieve. La imagen de la tierra es ahora una tumba donde la fuerza y el encanto yacen sin vida, donde domina tristemente el color de los cadáveres y donde a la vista por todos lados sólo se le muestra un yermo desierto.

Aquí se halla el caminante, confuso e indeciso sobre adónde dirigir sus pasos. En vano busca el camino; no le guían ni senderos ni huellas. En vano se afana y se abre paso a través de la profunda nieve. Cada vez se encuentra más confuso, ahora le abandona el valor y la angustia oprime su corazón, pues ve como el día declina y la fatiga y el hielo paralizan todos sus miembros. Pero de repente ante sus ojos avizor aparece el resplandor de una luz cercana. Entonces revive; su corazón late de alegría. Se dirige, se apresura hacia la cabaña donde helado y agotado, espera encontrar alivio.
Al aproximarse suena en sus oídos, aunque primero asustado por el aullido del viento, el fuerte sonido de claras voces. El cálido aposento le muestra entonces a los vecinos de la aldehuela reunidos en círculo íntimo para acortar la noche con trabajos sencillos, conversando y bebiendo gorelka.

Junto al hogar charlan aquí los padres de su juventud. Banastas y nasas trenzan, los cestos de mimbre y las redes urden allí los hijos del animado grupo. En el huso hilan las madres, en la rueca giratoria las hijas, y aviva su celo una sencilla y alegre canción...

"¡Gruñe, ronronea, gruñe!
¡Ronronea, ruequita, ronronea!"


"¡Hilvana ruequita, largo y fino,
hilvana fino un hilito
para un velo que cubra mi busto!
¡Tejedor, teje delicado y fino,
teje fino el velito
que he de lucir en la verbena!
Por fuera blanco y por dentro puro
ha de ser el busto de la doncella,
bien lo protege el velo,
por fuera blanco y por dentro puro,
ser hacendosa, piadosa y decente
atrae a pretendientes honrados."

2 comentarios:

  1. Hola Nicias, este texto está muy bien. Tiene momentos con una dicción épica, que recuerda a algún pasaje de la Odisea, no de momentos de guerra o acción, sino de vida cotidiana en el palacio de Ítaca (no dejes de leer la Eneida). Sobre todo por el hipérbaton, antes de la canción. ¿En qué texto o textos te has inspirado?

    Por cierto, la imagen de arriba es de Lord Byron, ¿no?

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  2. Primero gracias.
    En cuanto a los textos en los que me inspire fueron basicamente los realistas rusos: las descripciones de Chejov, Tolstoi, Gogol...
    Sí que es Lord Byron.

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