A la frase “Oye, ¿te puedo pedir un favor?” se responde la mayoría de los casos y casi inconscientemente, “Sí, claro, por supuesto… ¡dispara!” – lo que uno no sabe es que en muchos casos puede ser disparado por la viperina lengua del ser humano, siempre al acecho de cazar a las personas como camaleón entre ramas- y el otro dice “¿Puedes dejar de mentir?”.
Una situación, cuanto menos, rara. Muy poca gente se atreve a decir eso, aun teniendo razón. Y nos callamos, y no decimos nada, y seguimos hacia delante; y, sin decir nada, callamos, caminamos absorbidos por ese grandísimo mundo que está dentro de EE.UU, que tiene luz propia gracias a sus estrellas, que podría ser la primera potencia del mundo (por dinero) si se independizara: Hollywood.
Hollywood nos miente –no siempre-, pero nos gusta. O eso es lo que parece demostrar la mayoría de los viandantes.
El séptimo arte está devorando a conciencia y lentamente, como una serpiente una vez al semestre, el Arte por excelencia. Y la gente sigue sin decir nada, va al trabajo tan tranquilo sin pensar en esto que puede decidir y decidirá su futuro. Así solo conseguiremos que se gestione otra crisis en el mundo, estamos perdiendo el hábito de cultivar el Arte.
Cada cinco minutos se produce la misma frase en todo el mundo ¿te lo has leído?; no, me espero a la película. Vergonzoso, el autor no habría gastado un mes y seis días en escribir un libro para que luego nos engañen en Hollywood montando un "film" cuya única misión es sacarnos los granos de trigo del bolsillo. Pero menos mal que cada día podemos ir a recoger el fruto al ordenador y verlo siempre que queramos con los granos de maíz preparados cogidos un día antes planeando tal situación. Y mejor aún, menos mal que la escultura de papel que nos ha deleitado desde Gilgamesh no se encuentra entre los más “bajados”.
viernes, 28 de mayo de 2010
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