Un poema breve, de tres versos, arte menor:
- el primero, pentasílabo (si tenemos en cuenta la sinalefa) o hexasílabo (si no la tenemos en cuenta);
- el segundo, heptasílabo;
- el tercero, pentasílabo (si tenemos en cuenta la sinalefa y el diptongo) o hexasílabo (si solo tenemos en cuenta el diptongo).
Sobre ese mapa
islas, estrechos, mares
de tinta y sueño.
¿Qué es lo primero que se te ocurre?
Un paisaje lleno de agua y algún trozo de tierra, escrito en un libro y (como es un sueño), helado.
Un paisaje de aventureros, una auténtica estepa siberiana. Todos hemos tenido algo de aventureros, y aún lo tenemos. A mí me encanta ser aventurero, lanzarme, investigar: tener aventuras.
Permítanme sacar mi rama aventurera, desenfundar mi Colt, dar varios disparos a la nube que contiene las aventuras del mundo y que salgan a la luz sus personajes (según mi interpretación, por supuesto, del haiku): Charles Darwin, una aventura alrededor del mundo que le consolidó como uno de los biólogos más influeyentes de la historia o, simplemente, el Biólogo; el propio personaje que da nombre a este blog (Gilgamesh), un rey de Mesopotamia aventurero del siglo XXVII a.C y cuyo poema expone tales aventuras; Hadyi Murat (personaje de una novela de nombre idéntico de Tolstoi) que narra todas sus aventuras en la Rusia de los últimos zares hasta su dramatico fín; multitud y multitud, Robin Hood, las sagas artúricas, Tirante el Blanco...; y derrepente, sale el aventurero de los aventureros, un personaje cuya novela debe leer (la recomiendo de forma impepinable) toda persona que tenga algo de trotamundos bohemio, Miguel Strogoff, espléndida novela y perspicaz personaje de uno de esos genios que la historia sólo nos da cada 5 años, JULES VERNE.
En este libro sale representado lo que yo he interpretado en el haiku, ese paisaje de la estepa siberiana, como un mapa que se va moviendo dependiendo de los intereses del personaje, con dificultades en algunos puntos que dan intensidad a la novela, con facilidades en otros para acercar la sensación de victoria al lector. Todo este conglomerado trabado con cadenas en tensión, que es transmitida al leedor con inefable virtud, y mucho más, hacen vivir una aventura con el libro: de eso trata la lectura, ¿no?
viernes, 7 de mayo de 2010
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Me ha gustado, sobre todo la libertad y flexibilidad de espíritu para conectar el haiku con los aventureros, Jules Verne, el correo del zar... así se escribe la buena literatura: con implicación creativa -y con más cosas, claro, pero ésta es esencial-. En la escritura y en la lectura, desde luego.
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