Yendo de Burgos de a Palencia encontramos un desvío, antes de llegar a Carrión de los Condes y Sahagún (famosa por su fuero al convertirse su fuero señorial en el primer fuero de carácter burgués-, en el que aparece la población de Frómista.
Frómista es un pueblo, no muy pequeño comparado con el resto de la zona, que alberga distintas iglesias todas ellas muy llamativas. Sin embargo, escondida a primera vista y en medio de una gran plaza com cafeterías que miran hacia ella encontramos la Igledia de San Martín de Frómista.
Iniciada en 1066 y de claro estilo románico es uno de los ejemplos mas antiguos de la arquitectura castellanoleonesa de línea jaquesa.
Su planta de transepto no sobresaliente, tiene tres naves que culminan en tres ábsides semicirculares escalonados. Sobre el crucero se eleva un cimborrio octogonal que, en el interior se traduce en una cúpula sobre trompas.
Destaca en su exterior también las dos torres circulares, de sobriedad supina, que jalonan la fachada que mira a oeste. Ademas los ábsides recogen el taqueado típico de Jaca.
Arcos de medio punto enmarcan las pequeñas ventanas y puertas que pueden verse. Estos tan solo disponen de una sola jamba a cada lado, excepto en la puerta occidental que pueden verse dos jambas y dos arquivoltas.
Esta sobriedad hace de San Martin de Frómista la iglesia mas pura y bella de todo el románico castellanoleonés. Ademas su aspecto de castillo me hace pensar que sus arquitectos, monjes y sus constructores lo erigieron como símil de la fortaleza del camino de Santiago, que pasa por esta población.
jueves, 28 de julio de 2011
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